El Tribunal Supremo no conoce los efectos de sus propias decisiones. Muy bien Rodrigo Tena.

Rodrigo Tena publica hoy una fantástico artículo en Expansión en el que valora la calidad de nuestros operadores jurídicos y en particular del Tribunal Supremo. En sintesis:
Una de las carencias más preocupantes de nuestra regulación es su manifiesta despreocupación por el sentido último de muchas instituciones básicas del tráfico jurídico por causa de una deficiente formación por parte de sus autores en el campo del análisis económico.
Estas carencias se aprecian especialmente en relación al trato que reciben ciertos operadores como auditores, agencias de rating, notarios, registradores, etc.  Son propagadores de inseguridad.
«Sorprende el desconocimiento que nuestro Tribunal Supremo tiene del sentido económico y social de un instrumento clásico de nuestro tráfico jurídico, como es el documento público notarial. Ese desconocimiento se aprecia en sentencias como la de las cláusulas suelo, la del ámbito del control notarial de legalidad, o la muy reciente sobre el alcance de un poder de disposición, entre otras muchas. (…) Anular una cláusula suelo incluida en una escritura pública por defecto de información al consumidor es enmendar la plana al legislador (que ha creado el documento público para algo) y generar en el tráfico un factor de incertidumbre».
Enhorabuena a Rodrigo Tena por su artículo.
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