Ahora llaman tóxicos a los países emergentes. Antes llamaban tóxicos a los activos que perdían valor en los balances de las entidades de crédito. Lo que quiere decir que estamos ante la pérdida de capacidad por parte de los Estados Unidos de sostener sus niveles de deuda. Y por eso llaman tóxicos a los activos de los países productores menos pudientes desde el punto de vista financiero. Quién se está reestructurando son los Estados Unidos, no los países que ellos llaman «emergentes». El truco consiste en reducir el nivel de deuda pública americana para mantener la condición de nación banquera operación que se hace a acosta de los demás. Detrás de esta operación se esconde una injusticia prácticamente igual a la que tuvimos para salvar las entidades de crédito. Ahora para salvar a los Estados Unidos tendremos que hundir a los países «tóxicos», igual que antes tuvimos que hundir a los constructores y promotores, o «activos tóxicos», que es como llamaban los banqueros a sus errores comerciales. Estamos ante la misma injusticia, pero ahora a nivel internacional. Los Estados Unidos ganan y todos los demás pierden, todo para salvarnos a ellos que son los únicos causantes del problema.