Cuando los clientes dejen de pagarle una factura, usted tiene no tiene un problema: tiene dos. El primero es cobrar. El segundo es Hacienda. Para quitarse el primero, tiene a la Administración de Justicia: un monitorio, normalmente. Que funciona bastante mal: si el cliente no tiene dinero, ponga los “monitorios” que quiera que el cliente nunca quedará admonido. Al contrario: aprenderá que en España los insolventes profesionales, cada día más abundantes, lo tienen muy fácil para no pagar. Pero si el que tiene dinero es usted (y aunque no lo tenga) sólo por declarar vendrá Hacienda a visitarle. Si usted no declara nunca nada (el caso del insolvente profesional) no vendrán a visitarle. Pero es curioso: el que se mueve “sale en la foto”. El mundo al revés. ¿Y qué hacer para evitar que Hacienda se lleve su dinero, ese dinero que el cliente nunca le pagó? Una factura rectificativa, para recuperar el IVA repercutido. Para empezar, tendrá que esperar 6 meses. Así que durante 6 meses usted financiará a la AEAT. Tenga en cuenta que hay muchos gastos sociales… Pero ahora además tendrá que acreditar que ha enviado una factura rectificativa al deudor. Es decir, que además de no cobrar, tendrá que gastarse el dinero en un “burofax”. Le recomiendo otra solución: utilice los servicios de www.burofax.eu o de www.albalia.com y le saldrá más barato. Tenga en cuenta siempre esto: no es que la AEAT no se fíe. Es que cuantas más trabas establece, más recauda, porque no permite la deducción a quien no cumple los requisitos formales. Así que, cuantos más requisitos formales, más recaudación. Es así de simple. Multiplique la factura rectificativa media por el número de defectos formales, y esa es la millonada que la AEAT le saca a los empresarios de su bolsillo por una leve traba burocrática. Y una cosa más: a la AEAT se le ahorran costes, porque es claro que ellos no mueven un dedo para recaudar. Lo mueve usted, pequeño empresario oprimido.