Me asombra la facilidad con la que los europeos se creen que la tecnología es regalada y se genera sola. Hasta el punto de llegar a considerar que la tecnología es un problema.
La tecnología es no ya el futuro, sino el presente. Sin tecnología no se puede vivir. El progreso económico está en la tecnología. El futuro está en las empresas globales, dedicadas a la tecnología, que serán las que alimenten y pongan en relación a las demás empresas. Quien no vea esto es un ciego, porque la realidad ya es esa.
Mucho peor es cuando no se trata de ciegos sino de asquerosos políticos que quieren destrozar lo que no controlan. Los socialistas de todos los partidos, como no controlan a las empresas tecnológicas, las quieren destrozar. Y quieren dejar a los ciudadanos sin sus servicios, recortando sus libertades.
El colmo es el ABC, o más bien la prensa en general. Que quieren acabar con las empresas tecnológicas porque son mucho más eficientes que ellos dando noticias, para que ellos puedan seguir publicando estupideces e indoctrinamientos en papel. Quieren acabar con Twitter, con Google, con Facebook, y con todo lo que no sea un monopolio de la opinión. No de la información: de la opinión. Quieren seguir manipulando a la gente.
Si para eso es para lo que sirve Europa, no quiero Europa. Si para eso sirve el ABC, que se hunda cuanto antes el ABC. Los políticos no sirven para nada.