Si usted se creía que la religión ecologista no iba con usted, es claro que se equivocaba. Le afecta al bolsillo. Tiene usted que pagar su parte de la derrama que le pasará la parroquia de San CO2. Se trata de una penitencia sobre su factura de la luz, que pagará usted por no creer lo suficiente en el cambio climático. Todo lo que se incrementará su sueldo esté año, se lo cobrarán las energéticas para entregárselo al párroco, que por supuesto vive de esto. Es ministro, o consejero, o comisario, o como le quiera llamar, de transición ecológica, la cual no es otra cosa que im proceso de conversión forzosa a la nueva fe, igual que las del medievo. No se le ocurra decir que el cambio climático no es obra del hombre, porque además le multará el cura.