Esto es el socialismo. Parece que no pasa nada y los anclajes más fuertes se rompen en poco tiempo. Todos los derechos desaparecen, sumergidos en ideología religiosa laica. Al final, todos iguales. Igual de pobres.
Sólo Dios puede librarnos de los tsunami, pues es el Creador, el que puso límites al mar. Y también es sólo Él quien puede poner límites a la negatividad y al rencor. Frente al odio no hay más barreras que las del amor. Y Dios es quien pone el amor en el corazón de los hombres.