A la bebida la llaman «Cuba libre». Es un intoxicador etílico fundado en la ginebra. A la isla deben llamarla «Cuba deprimida». Oprimida por el socialismo. Convertida en un lugar que alberga una estructura de pecado en la que se adora a los dioses perversos del ateísmo institucional, de la negación de toda religión, de la conversión del hombre en masa, de la divinización del Estado, del culto sacerdotal al líder, del voto de pobreza para satisfacer los gustos del demonio de la envidia, para que todos sean iguales. Igual de uniformados, igual de pobres, igual de oprimidos. No entiendo cómo es posible que en 2021, después del fracaso total del socialismo en todos los lugares del mundo, no solo siga existiendo el régimen político cubano, sino que #ELPAISOE siga acríticamente coreando regímenes políticos fracasados y empobrecedores como este.