No es la pandemia. No es el coronavirus. Es el socialismo. La idea es arruinar a las empresas aprovechando el estado de alarma, dejándolas sin facturación, subiendo los impuestos, incrementando las inspecciones, y obligando a mantener el empleo y los gastos fijos. El efecto que se produce es la suspensión de pagos y por tanto la necesidad de promover el concurso de acreedores.
Lo que proponen para evitar el concurso de acreedores es que el estado entre en el capital. Y una vez que el Estado está dentro de la empresa, una norma nueva eximirá a estas empresas de la obligación de concursar, y en los casos de las empresas viables una operación acordeón permitirá quedarse con ellas con dinero público.
El efecto que se produce es que Hacienda se queda con todas las empresas españolas y nacionalida toda la economía en un breve plazo. Utilizando como excusa la pandemia, la enfermedad y la desgracia.
El socialismo es buitreador, depredador y opera como zorro dedicado a expoliar el gallinero de los empresarios. Cuando no puede, se pasa a carroñero. Es el caso.