Cuando SEAT, Volkswagen y Nissan salen corriendo de Cataluña para no tener que convivir con los problemas que genera una politica erratica, absurda y de desunión, en la que solo vale la irracionalidad y las subidas de impuestos, Madrid sigue convirtiéndose en una de las ciudades más prósperas del mundo gracias a la racionalidad de su política y sus sistemas fiscales. Madrid no lo puede hacer mejor. Barcelona no lo puede hacer peor.