Métaselo en la cabeza: China es un país SOCIALISTA. En China es donde Mao Tse Tung cometió los más grandes y numerosos crímenes que la Humanidad ha conocido. China es el país donde Caperucita Roja lleva en la cestita tres libros: el manifiesto comunista, el capital y el libro rojo de Mao. Y ahora también una carrera de fórmula 1.
China no es un país democrático. En China no hay elecciones limpias. En China no hay libertad religiosa: tienen su propia iglesia «católico-china», lo que es una contradicción en sus términos. En China no hay libertades ni derechos fundamentales. China es colonialista asiática.
China es hija de su historia revolucionaria. China postula «la sabiduría del campesino», la muerte del intelectual. Pretende cambiar al hombre, remodelar sus espíritus, reeducar a los burgueses, proletarizar la Universidad, revolucionar la investigación, sesgar toda información, triturar la religión, dominar la multitud, crear un nuevo feudalismo, expandir la miseria, cobrar por la libertad y doblegar los espíritus.
No hay aquí modelos ni milagros. Es comunismo. Socialismo fuerte. Intellectualism de foto-líder y eslogan totalitario. Mantra de comité revolucionario. Ballet bélico: el arte debe participar de la revolución. O sea, socialismo.
Socialismo que utiliza la fórmula 1. Occidente es ciego. Le ciega el lucro. Y la diversión. Donde hay diversión y dinero, hay un occidental. Para eso quieren sus libertades. El dinero les impide ver que la fórmula 1 es un instrumento de dominación, no de libertad.
Espectadores de la carrera, todos miembros del Partido, uníos en el circuito de la diversión. Y no el contéis a nadie cuánta gente de China tiene que salir corriendo.