El Brexit sigue ahí

La UE, en vez de flagelarse por su ineficiencia socialista compradora de voluntades con dinero de los empresarios, se premia a sí misma con una lluvia de millones que nadie sabe de dónde va a salir, porque todavía no se ha emitido la deuda que permitirá tanta alegría.

En medio de la euforia desatada por la lluvia de dinero que ha caído del cielo, se ha olvidado de su divorcio. Como si ya se hubiera producido. Y lo cierto es que tal cosa no ha pasado. La UE tiene un grave problema pe diente con el Reino Unido.

Ese divorcio va a acabar mal. El Reino Unido y los Estados Unidos, su aliado, se van a enfadar, y ese es un lujo que los socialistas europeos no se pueden permitir.

Tampoco se pueden permitir el lujo de machacar a Polonia, Hungría, Holanda, Bulgaria y Rumanía a la vez. La ampliación del Brexit está a la vista y por tanto la está ilifad, no sólo de la deuda que tienen que vender, sino del propio euro, está en riesgo.

Si no cuidan los verdaderos problemas y atienden al Brexit y a los países media os, la Unio Europea dejará de ser lo que es. El socialismo no es estable, porque se basa en la riqueza ajena y por tanto en la opresión política por medio del presupuesto.

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