La propaganda oficial distribuye falsa mercancía. Se ha convertido en verdad, a base de repetirlo, que el Rey, una vez que Alberto Núñez Feijoo no ha sido investido por el Congreso de los Diputados, no tiene más remedio que proponer la investidura de Pedro Sánchez, pues —eso dice Sánchez— él sí tendrá una mayoría suficiente para gobernar.
Las dos cosas son falsas. Lo que la Constitución prevé es que el Rey, previa consulta con los representantes designados por los Grupos políticos con representación parlamentaria, propondrá al Congreso de los Diputados un candidato a la Presidencia del Gobierno. Nada más. Puede ser el que él quiera. El diseño constitucional, que tienen que acatar todos los Partidos —también el PSOE—permite al Rey proponer al Congreso de los Diputados a quien en cada caso considere oportuno, que ni siquiera tiene que justificar.
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