Es característico del socialismo la creación de vpos de reeducación en los que su religión se implanta por la vía del chip del trabajo forzado.
China niega esa realidad y la convierte en escuelas de educación profesional, que en realidad son escuelas de reeducación religiosa al socialismo ateo.
Los satélites sin embargo demuestran que los campos de trabajos forzados para musulmanes que no se socializan no se están cerrando, sino concentrando.
Europa, igual que han hecho los Estados Unidos, debería prohibir todo comercio con la región China de Xinjiang mientras no se demuestre el origen legítimo del bien importado.
Adjunto comentada la noticia del corresponsal del ABC en Pekin, Pablo M. Díez, ejemplo de buen periodismo.