De Mariano Rajoy, que es Registrador de la Propiedad, cabría esperar que hubiera leído la Constitución. También cabría esperarlo porque es el Presidente del Gobierno. Pero no la ha leído. En su artículo 2 dice que la Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles. En cambio, él la convierte en un bien indiviso y por tanto susceptible de división. La Constitución es vaciada de contenido por el propio presidente del Gobierno. Rajoy, váyase.