Tiene razón Inglaterra cuando señala que el principal enemigo de Europa es la falta de competitividad. Pero hay que buscar las razones últimas de esta falta de competitividad. Yo las encuentro en el egoísmo crónico y patológico de los europeos, que han convertido el Estado social en un Estado para vagos recalcitrantes, en el que la mayoría de la gente vive a costa de una minoría que trabaja mucho.