En el periódico Expansión no se han puesto a pensar que el problema del precio de la gasolina no está en el coste de la gasolina considerada como materia prima, sino en la brutal imposición de que somos objeto cuando utilizamos gasolinas y gasóleos para sacar adelante nuestras empresas, vender nuestros productos o simplemente trasladarnos de un sitio a otro por interés particular. El problema, una vez más, son los impuestos, no el coste de la materia prima. En Expansión deberían pensar un poquito también en estas cosas y no ser tan complacientes con el poder político.