Cuando era una ciudad se sube el impuesto sobre los bienes inmuebles (IBI) , lo que acaba pasando es que las personas que no pueden pagarlo tienen que irse del barrio. De esta manera, la subida del impuesto favorece a los ricos, porque el entorno hace que sólo los ricos puedan vivir en determinado barrio. La subida del IBI sube el valor de los inmuebles, debido a que la presión fiscal convierte el barrio en un barrio de ricos.
De la misma manera, el aumento progresivo de la presión fiscal general, aunque aparentemente beneficia a los pobres, en realidad les perjudica, porque un impuesto progresivo lo que acaba produciendo es que son menos el número de personas que tienen dinero suficiente para ser considerados ricos, con lo que las diferencias sociales no disminuyen sino que aumentan.
Queda así claro que el único tipo eficiente, para el tiempo que el más justo, es el tipo único, que no produce diferencias sociales.
La alcaldesa Carmena, que no sabe nada de esto, cree que está haciendo un favor a sus votantes al bajarles el IBI, pero lo cierto es que les perjudica, porque aunque es verdad que pagarán menos IBI, y es igual de verdad que sus casas valdrán cada vez menos. Porque el barrio se convertirá en un barrio de pobres.