En un momento histórico en el que el Partido Socialista está en horas bajas desde el punto de vista de su moralidad (caso Tito Bernie, caso ERE, etc., véase https://casos-aislados.com), se dedica a dar lecciones a los empresarios que, buscando lo mejor para sus accionistas, trasladan su sede social a lugares jurídicamente más seguros y fiscalmente más eficientes. Harían mejor en producir algo ellos, que sólo saben vivir del presupuesto.
O mejor, deberían dedicar el gobierno para atraer inversores, en vez de expulsar a patadas, no ya los extranjeros que vienen aquí a invertir, sino incluso a los españoles empresarios, que se van porque no hay quien soporte el hedor de este pésimo gobierno.