Los árbitros de la Liga de Primera División cobran 200.000 euros al año y por tanto mucho más que cualesquiera jueces españoles, incluidos los magistrados del Tribunal Supremo y del Tribunal Constitucional. Lo cual me parece muy bien, teniendo en cuenta que la calidad de las sentencias se parece mucho a la calidad de algunos arbitrajes futbolísticos. Por lo menos los resultados del fútbol llegan en el momento. Las sentencias llegan al cabo de muchos años.