El Senado aprobó ayer la reforma definitiva del Código Penal eliminando piquetes como delito.
Me parece una auténtica barbaridad porque estamos ante un delito de coacciones conectivas. Que debe tener su propia penalidad, ya que tiene su propia lógica y el bien jurídico protegido no es exactamente la libertad de la empresa, sino la libertad de mucha gente: empresarios usuarios de servicios públicos y los otros trabajadores que no quieran ir a la huelga.
El efecto que se produce es que ahora los piquetes son libres.
Me llama la atención especialmente porque en España no hay ley de huelga. En 43 años de democracia no hemos sido capaces de domar a los sindicatos para sujetarles a un ordenamiento jurídico estricto, que determine cuáles son sus derechos en relación con la coacción al empresario, también llamada huelga.
En España la huelga se rige por un Real Decreto-Ley de 1977 que está hecho para salir del ordenamiento militar del franquismo.
Luego dirán que los problemas de España vienen del coronavirus. Pero no es el coronavirus: es el socialismo.