Invirtiendo sin principios
No tiene sentido que si uno viene exigiéndose unos principios de inversión basados en la valoración de terceros, cuando estos terceros hacen una valoración que no conviene a las inversiones que se quiere realizar, se cambian los principios y ya está. Esto es no tener principios. O más bien ajustar los principios a lo que se quiere conseguir. Tener objetivos, no principios.
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