Los inspectores de Hacienda llaman “ingeniería fiscal” a lo que se les escapa. Y los fiscales llaman “ingeniería fiscal” a lo que no entienden pero los inspectores les dicen que es ilegal. Al final, estamos ante una expresión que sólo sirve para desacreditar a quienes han utilizado las normas fiscales de un modo discutible. Pero, si es discutible, es imposible que sea delito. Es más: es imposible que sea sancionable. Por eso no se entiende la reforma de la ley general tributaria. Así dice Expansión de hoy: “Hacienda multará la ingeniería fiscal de multinacionales aunque no haya delito”. Al final, se trata de desacreditar al que utiliza las normas fiscales de manera que no le guste al inspector, para que luego el inspector justifique su criterio, que es igualmente discutible, habiendo difamado al contribuyente y por tanto coercido al juez para llevarse el ascua a su sardina, porque ha hecho “ingeniería fiscal”.
Lo que ya es de broma es la “multa preventiva”. Con la reforma prevista de la LGT, Hacienda impondrá “multas preventivas” a las empresas que hagan “ingeniería fiscal”. También llamada “planificación fiscal agresiva”. Hay aquí dos errores. El primero, que no se puede utilizar la sanción para prevención, porque es inconstitucional. Y la segunda, que la “agresividad” de una planificación es un concepto jurídico, no indeterminado, sino indeterminable, porque se basa en una opinión, no en un dato. Y al no ser comprobable el hecho, no es sancionable. Pues no: con el PP, con Rajoy, con Montoro, por primera vez en nuestra historia constitucional el proyecto de ley prevé multas de entre el 50% y el 150% de la cantidad “cuestionada”.
Creo que ha llegado la hora de que nos demos cuenta de que “Hacienda somos todos” es una mentira repetida tantas veces que muchos han llegado a creer que es verdad. Pero no es verdad: es propaganda. Hacienda es quien se lleva más del 50% de la facturación de las empresas. Eche la cuenta. Son esos los que pasan por encima de la Constitución para justificar su ineficiencia recaudatoria. Los inspectores deben dejarse de “ingeniería fiscal” y derogar el sistema de módulos. Verán qué pronto recaudan más cuando exijan la contabilidad en las tiendas. Espero que los Jueces españoles estén a la altura de las circunstancias.