El mundo entero durante cuatro años se ha metido con Donald Trump porque ha construido con dinero un muro para evitar la inmigración ilegal -repito: ilegal- que provenía de otros países, singularmente de México.
La Unión Europea se ha cebado con Donald Trump diciendo que sus políticas no eran aceptables porque luchaba contra la inmigración ilegal poniendo muros.
Lo cierto es que la Unión Europea hace lo mismo, pero en vez de construir un muro con metal, como Trump, o con ladrillos, como la muralla china, construye un muro con dinero.
El truco consiste en que se paga a los países vecinos para que sean ellos los que pongan el muro.
Es el cinismo de siempre del demonio socialista. Otro hace la fechoría. Ellos sólo pagan. Con el dinero de otros. Para protegerlos. Así que -les dice al oído su demonio- no han obrado mal.
Es una vergüenza que tengamos que gastar el dinero en pagar a los vecinos en vez de luchar contra la inmigración ilegal – repito: ilegal- con las armas que nos otorga la legislación vigente.