La evolución política tiene un límite: el pasado. Por eso es evolución, porque se transita de una situación (el pasado) a otra (el presente).
El futuro nadie lo sabe. Qué será de España, y si los líderes que nos gobiernan harán una cosa u otra, está por ver. Es el futuro. Pero el presente, atado por las imágenes, no lo puede reventar ninguna «memoria histórica», porque donde hay fotos no hay datos que discutir.
Si Franco pasó a la Historia como quien se forjó en las colonias pero hizo la descolonización, el Rey es quien fue coronado por los vencedores de la Guerra Civil (católicos, requeté, falangistas) pero ha hecho posible un marco constitucional para las políticas socialistas, la secesión de Cataluña y las prácticas nada cristianas del aborto, matrimonio homosexual y otras esencias.
Esto no tiene nada que ver con lo que en su día pensaron que iba a hacer quienes le designaron. Pero como además es fruto de un proceso de descristianización y desespañolización que ha durado años,el resultado ha sido que el hara-kiri no fue sólo de las Cortes franquistas, sino de todo el franquismo sociológico: de los ganadores de la Guerra Civil, que a día de hoy son perdedores demonizados.
La guerra civil en realidad la han ganado las izquierdas y los nacionalistas. Son los frutos del pacto tácito al que se refirió en vida Santiago Carrillo.
Por eso creo que la izquierda y los nacionalistas no deben despreciar tanto a Franco y al franquismo, porque les trajeron al Rey que les ha permitido ejecutar la evolución política necesaria para que, con una Constitución como la que tenemos, el cambio haya sido una mutación hacia lo que querían los que Franco llamó en su testamento «los enemigos de España y de la civilización cristiana» : lo contrario de lo que había. No deberían quemar la foto del Rey como hicieron ayer. No lo entiendo. ¿Acaso el Rey representa un problema para Cataluña?
Las cosas han cambiado tanto desde 1969, año en que Juan Carlos fue designado «Príncipe de España» por Franco, que la corrección política obliga a renegar de todo lo que huela a franquismo. Los nacionalistas y los socialistas deberían decir «Dios guarde al Rey» aunque no crean en Dios, y no hablar tan mal del franquismo, que primero les libró de las purgas de Stalin y luego les ha dado lo que querían, sólo que «coronado».
Qué piense Franco desde su tumba sobre esta evolución, es cosa que no importa, pues él ya dio cuenta a Dios y a la Historia, como decían las Leyes Fundamentales. Pero se puede imaginar.