A Google no hay que subirle los impuestos: hay que subvencionarla

Los gobiernos se dedican a fastidiar a la gente en vez de su función propia, que es ayudarles.

Una de las maneras que utilizan para ello es poner arena en los engranajes de las empresas que de verdad funcionan, en vez de aceite.

Si alguien ha hecho por la productividad y la eficiencia de las empresas, de las familias y de las personas en todo el mundo, y ha conectado a civilizaciones enteras, has ido Alphabet.

Si hay algún sistema gratuito que haya podido mejorar la situación de la gente convirtiendo a un individuo aislado en un tipo tan poderoso como una corporación entera, capaz de producir productos de éxito y de salir de la pobreza y de la mediocridad, dejando en la estacada a los grandes equipos que se dedican a tareas ineficientes pero subvencionadas, han sido Google Adsense, Google Docs, Google Sheets, Gmail, Chrome, y tantos y tantos productos gratuitos que Alphabet pone a disposición de la gente.

Bastaría con citar Google Maps. Google pone a disposición de todos los ciudadanos del mundo un servicio gratuito de orientación que genera eficiencia para todos los transportes del mundo, de tal modo que cualquiera que quiera ir de un sitio a otro, o hacer un envío, si tiene un teléfono móvil y una conexión de Red, puede gratuitamente hacerlo del modo más eficiente.

Si quieres coger un restaurante, puede buscar el más cercano, o el más caro, o decidir en función de la distancia y el rango de precios. Todo gratuitamente. Gracias a Google Maps.

Este fenómeno de eficiencia colectiva no socialista, una vez que se colectiviza y se convierte en algo que es para todos sin coste alguno, es aprovechado por los Ayuntamientos de todo el mundo, y por los Estados de todo el mundo, para procurar eficiencia a sus ciudadanos.

Google Calendar es utilizado universalmente por ciudadanos de todo el mundo, para estar en contacto y organizar sus vidas de modo gratuito y casi sin darse cuenta, hasta el punto de que lo han incorporado a su vida diaria con total naturalidad y sin ningún problema, y por supuesto sin ningún Gobierno que lo haya organizado, planificado o impuesto por ninguna ley de emergencia.

La reciente pandemia causada por el virus chino ha ido paliada gracias a Google Meet, so a Google Hangouts, a Zoom, a Microsoft Teams, a Skype y a tantos otras maneras de salir de la ineficiencia que han puesto a disposición del agente y de las empresas compañías tecnológicas sin la más mínima ayuda de los Estados.

Los medios de comunicación modernos y eficientes son Signal, Whatsapp y Telegram, ninguno de los cuales pertenece a las compañías estatales de comunicación. Ninguno ha sido puesto a disposición de la gente por voluntad de los Estados o iniciativa de los políticos, sino porque las empresas tecnológicas se han empeñado en facilitarle a la gente la vida de modo gratuito.

Esos mismos políticos que utilizan personalmente todos estos sistemas, son los que, como ciudadanos, reclaman para los ciudadanos que se declare como derecho fundamental el acceso universal a Internet, no solo para divertirse, sino también para ser eficientes y competir en los mercados.

Todos hoy gracias a Google somos mucho más eficientes, y gracias a las compañías tecnológicas se montan empresas, y pagan muchos impuestos, gracias a su productividad, porque con estas herramientas gratuitas o baratísimas, las demás empresas y las demás personas físicas pueden reducir sus gastos y aumentar su producción, de tal modo que pueden emplear a más gente, facturar mucho más, organizar mejor su trabajo y el de los demás, y  vivir más felices, porque encima todo esto está pensado y ejecutado para que tenga lugar en un entorno amigable.

Así que Alphabet es extraordinariamente productivo, también para la recaudación tributaria, pero no de modo directo, esto es, no por lo que paga como empresa, sino por lo que, como herramienta empresarial y personal, genera desde el punto de vista de la recaudación tributaria.

Si en los últimos 15 años, especialmente desde 2007, el mundo ha tenido una fuerte etapa deflacionaria, no ha sido sólo por causa de las políticas monetarias de los bancos centrales, sino que especialmente se ha debido al extraordinario aumento de la productividad individual y empresarial que han producido las compañías tecnológicas, sin por ello subir los precios sin cargar a la gente con pesados fardos financieros al mismo tiempo que les ponían a la mano las herramientas del futuro.

Los gobiernos hacen enseguida al cálculo de cuántos son los impuestos que Google paga, que – consideran ellos- son muy pocos. Pero no se hacen el cálculo de cuánto sería el importe de la recaudación si Google no existiera, porque Google hace que se multiplique la actividad económica productiva, mensurable en términos de dinero, y por tanto la recaudación.

Voy mucho más allá: si mañana Google decidiese cortar sus servicios durante una semana, por ejemplo dejando a los ciudadanos sin Google Maps, sin Google Calendar y sin Google Contacts, convertiría las ciudades en un caos y las empresas en una ruina, obligando a todo el mundo buscar otros sistemas, que desde luego los hay alternativos, y en los que tardarían entre 1 y 12 horas en ponerse al día. Quiere esto decir que la competencia entre compañías tecnológicas de primer nivel y de ámbito mundial tiene una lógica que no puede medirse por las tonterías que se le ocurran al organismo de competencia de cualquier provincia, por ejemplo Alemania, que ahora no es más que una provincia del mundo.

Creo que debemos enfocar de una vez en la labor de Alphabet, de Microsoft, de Apple, y de todas las compañías tecnológicas, tanto de software como de infraestructuras de Red, como esencial, y me parece que la operación económica más productiva desde punto de vista fiscal y de la competencia es precisamente que no paguen impuestos, porque por su actividad son empresas que generan tal barbaridad de actividad económica indirecta que resulta hasta injusto que se les haga pagar por algo que si no tendrían que implementar los Estados, para lo cual no están capacitados, ni tienen vocación.

Desde luego hay un motivo para la preocupación en Europa y es la brutal ineficiencia de sus compañías tecnológicas. Si se atiende a cuáles son las grandes compañías en materia de tecnología, que tanto han aportado al futuro y al presente, apenas hay una exigua presencia europea. Y esta falta de actividad es debida precisamente a este tipo de trabas en materia de competencia y fiscal porque, en un mundo de viejos, como es Europa, donde el que no es pensionista es funcionario, la innovación tecnológica es vista como un derecho a gratuito que viene de América y que además tiene que ser financiado por el mismo que presta el servicio gratis. Esto es algo carente de lógica y que nos hundirá como sociedad.

Se une a esto la brutal envidia de los periódicos a la hora de la generación de opinión. La prensa escrita, y especialmente la antigua prensa en papel, que se cree con el monopolio de la verdad y que piensa que la opinión publicada es su monopolio, y que la gente no puede tener Blogs, y que los Tuiteros son todos unos mentirosos de éxito, ataca a los grandes recopiladores de servicios de información en sus raíces porque la anticuada prensa se está hundiendo, y mientras se va para el fondo se lleva consigo, para que se ahogue con ella, a todo lo demás que es el futuro y no, como ellos, el pasado. Hay muy fuertes intereses en la prensa llamada oficial, o antigua, o en papel, para hundir a las compañías tecnológicas solo porque a ellos les va mal en el mundo de la tecnología y de la libertad de opinión por medio de móviles. Un mundo que no saben comprender porque viven en el dirigismo político y sobreviven gracias a la subvención. Ellos sí que no pagan impuestos, y nunca lo harán, porque no ganan dinero.

Creo que los ciudadanos deben empezar a valorar más el servicio increíble que están prestando las grandes empresas tecnológicas en todos los países, y que debemos darnos cuenta de que los países emergentes con herramientas como Alphabet son increíblemente más poderosos de lo que eran antes, y se van a comer con patatas la economia estatalizada y dirigista que mantiene la envejecida Unión Europea. Solo un viejo mental, un chocho, puede decir que Microsoft, Apple y Alphabet son compañías que lesionan la competencia.

Dropbox

La nueva y mayor recaudación, la más justa, la menos intensiva, viene de la mano de las tecnológicas que además hará a la y gente mucho más feliz, porque trabajará mucho más a gusto y podrá dar más gloria a Dios con todo lo que hace.

Que Dios bendiga a Google, a Alphabet, a las demás compañías tecnológicas y a nosotros mismos.

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