Suena bastante raro que se eche la culpa al mercado de los males de Cataluña. El problema de Cataluña es que habiendo podido ser la región más rica de España y tal vez de Europa, Barcelona optó por la independencia en vez de por la riqueza. Este error fundamental, cometido por Jordi Pujol lo pagan caro todos los catalanes, y seguirán arrastrando el problema durante más de un siglo, hasta que no vuelvan a su esencia que es el comercio y no la independencia.