Nos hemos acostumbrado a que nadie tenga responsabilidad de que la Administración de Justicia sea un servicio lamentable, lento y costoso. Tampoco si se trata de la paralización de los servicios sanitarios. Los Tribunales soportan con aparente estoicismo que haya políticos de baja estofa que los utilicen para sus trifulcas partidistas. Es una pena que los tribunales no tengan conciencia de su naturaleza de servicio público esencial que tiene que funcionar con una rapidez muy superior a la de las empresas privadas. Naturalmente esto es utopía, dada la índole de los jueces.