La aplicación al IRPF de un tipo progresivo hace que quienes tienen mucha renta busquen una tributación más favorable. En un contexto nacional español, en el que las Comunidades Autónomas tienen capacidad para determinar la cuota final del tributo, esto se hace mudando el domicilio fiscal (por ejemplo, de Cataluña a Madrid). Si además de pagar IRPF hay que pagar impuesto sobre el patrimonio (IP), la cuota íntegra del IRPF y del IP se suman, por lo que el tipo pasa de progresivo a confiscatorio porque se acaba pagando el 60% de la renta. Con este escenario, organizado por el PP y el PSOE, es claro que alguna solución hay que buscar. Esta fiscalidad te obliga a tributar aunque no gastes. Y ahí está el truco: en que lo no gastado no tribute. Para eso la solución está en la Unión Europea (UE). La residencia fiscal depende del domicilio de la persona física, pero las rentas de capital se pueden disociar del domicilio del titular mediante la actuación de una persona jurídica extranjera: el dinero se puede invertir fuera e España o prestar a una persona jurídica extranjera aunque la persona jurídica no se mueva de España. Así que es fácil: se compran acciones de una sociedad creada en Luxemburgo (es UE) que tributa al 1% y no reparte dividendo. Como no reparte dividendo ni hay transparencia fiscal (nacional o internacional) el resultado es que se paga el 1% en vez del 60% por ciento. Porque lo que no se gasta no tributa: el IRPF y el IP no se aplican. Ese es todo el truco. Se pagará cuando la sociedad luxemburguesa reparta dividendo. O sea, nunca. Y como la hacienda no es tonta, por lo menos no mucho, y esto es conocido desde hace años, lo primero que procuró fue implantar la transparencia fiscal. Pero no lo ha conseguido. Así que ha cedido, y el resultado es que ha creado en España el mismo sistema que en Luxemburgo: primero el PP y luego el PSOE han eliminado la transparencia fiscal nacional y han creado un régimen especial de tributación en el ISO al 1% para las entidades de inversión mobiliaria. Así que también en España quien tiene una SIMCAV sólo paga el 1%.
Mucha gente piensa que esto es injusto. Yo también, pero con matices. Lo que de verdad es injusto es el tipo progresivo (lo hablamos otro día) y el tipo confiscatorio (el 60% es inconstitucional). Por lo que la excesiva presión fiscal y el generalizado fraude laboral y de pensiones (el IRPF se paga para que otros no den palo al agua y tengan todo pagado) justifican la actitud de los más ricos. Los primeros que actuaron por su cuenta, prescindiendo del legislador, y pensando que el PSOE iba a ser más duro que el PP con las SIMCAVS, fueron algunos inspectores, que iniciaron una campaña contra las “SIMCAVS de mariachis”. Lo explicaré: para tener derecho a que una SIMCAV pague el 1% en vez del 30%, es necesario que tenga más de 100 socios. Eso es lo que dice la ley. Y por tanto los “bancos privados”, es decir, los bancos para ricos, crean SIMCAVS con un socio con el 99% de las acciones y 99 socios con el 1% de las acciones (que además les regala el banco financiando el 100% de su adquisición). ¿Es un fraude? No: los requisitos de la ley se cumplen. Pero no el espíritu de la ley. Da igual: la cuestión quedó zanjada porque, por muchas razones jurídicas que ahora no puedo compendiar, y sobre todo porque el dinero si iba a Luxemburgo para siempre, diversas Resoluciones de los Tribunales Económico-Administrativos han dado la razón a los inversores y se la han quitado a los inspectores. Así estamos a día de hoy. Y de repente llega el PP. Que quiere contentar a todos. Lo cual es imposible. Así que, para que todo el mundo siga embriagado con lo que bebe del Estado, en vez de recortar gasto, ha subido los impuestos. Pero eso sí, al “estilo Rajoy”: un poquito. Sin convencimiento. Sin una política clara. Un apañito que no me revuele el gallinero: el “gravamen complementario” en el IRPF. Una limosnita de 1.800 euros para la crisis. “Deme usted algo para la crisis, que usted ya gana mucho”. Un engaño electoral.
Los ricos no son tontos. Y saben refranes. Uno de ellos es: “cuando las barbas de tu vecino veas cortar, pon tú las tuyas a remojar”. Ahora les anuncian que las SIMCAVS tendrán dos tramos, como antes: uno del 1% para las SIMCAVS que tienen más de 500 accionistas (17 de 3.000) y otro del 10%, para todas las demás. Lo dicho: un apañito a lo Rajoy. Una “subidita” solidaria. Y esta es la razón por la que hay que irse a Estonia, no a Luxemburgo. Señores, en Estonia, un país modélico en cuanto a su tributación, que está creciendo al 8% en medio de la crisis, el ISO es del 0 por ciento. O más bien: del 21%. Pero no se paga nada mientras no se reparta dividendo: se difiere en un 100%. Quiere esto decir que no hay ISO, y por tanto las tiendas de ropa, los talleres de coches, las imprentas, las navieras… todo son SIMCAVS. Mucho mejor que Luxemburgo. Y es UE. Y está en el euro. Y produce al 8%, no como en España, donde el problema de la fiscalidad es… ganar dinero. En Estonia además el tipo es único: el 21%. Pagan lo mismo los trabajadores que los empresarios. Por tanto, si, además de trasladar el dinero, se traslada usted, aunque reparta dividendos el IRPF se lo paga la sociedad. Y sin necesidad del rollo de una SIMCAV. ¿Para qué ir a Luxemburgo?